[Galpones y depósitos] Acariciando la Nosferatu (Cerrada)

Das la vuelta a la cuadra y das con el sitio de la dirección. Era una especie de depósito abandonado, o de muy poco uso y usualmente limpiado, techado. De hecho, bajo el techo de chapa que pudiste haber visto en una vista satelital, no era tan feo como aparentaba. La parte inferior del voladizo estaba aislada y bien cuidada, y aunque algunos de los apoyos de acero estaban algo oxidados, había varios container de basura pero muy pocas bolsas dentro, y ninguna fuera. El olor no era muy fuerte, de hecho era bastante aceptable.

Una balla metálica no del todo cerrada y los contenedores no dejaban ver con claridad los 'interiores' del sector, pero no hay ninguna puerta que impida tu paso hacia dentro. La iluminación era pobre, por la cantidad de sombras proyectadas. Al adentrarte no ves a nadie, pero el único detalle indicativo de que ese era el sitio era una boca cerrada en el piso hacia el sistema de drenaje, con las siglas talladas del mismo.

Aguardas algunos minutos sin escuchar ni ver nada, el silencio y la penumbra reinaban durante tu espera... Hasta que te das cuenta, algo se encontraba suavemente apoyado en la espalda de tu abrigo. Una palma, de la mano de...

Se rascó detrás de la oreja y giró para verla. - Hoy... Es una buena noche, bonita. ¿A dónde vamos?
No había mucha ciencia, Odesa se sentía a gusto con los del clan Nosferatu y quién mejor que ellos para ponerla al día?

- Claro que me agrada. Siempre me sentí más a gusto andando con ustedes que... Bueno, ya sabes. Le hizo una seña, preguntando si debía de ponerse en cuclillas también para seguirla. - Hacía mucho que no andaba por estos lugares. Aquí se ve y se oye mucho... Y puedes hacer cosas sin que te vean, calculo. 

Se puso en cuclillas, como Jikki, y negó con la cabeza. - Tengo más experiencia viendo cosas. Aún no he aprendido a esconderme. ¿Quieres enseñarme?

Lo buscó con los ojos abiertos, pero no lo veía. Puso una mano en el suelo y, agudizando los sentidos bajó la vista hacia donde estaban sus propios dedos. Volvió a levantar la vista y, esta vez, vio a Goldie. Estaba horrible el pobre perro, parecía una escultura mal hecha de Yeso tirada por algún arrepentido de haberla comprado. Pero no era eso, sino el ghoul de su amiga. - Lo veo... Con mucho trabajo, pero pude verlo. Eh... Cómo se supone que va a enseñarme? Imitó el gesto de un perro confundido, mirando a la mascota de Jikki. 

Esta vez ella puso cara de nada. Tampoco sabía Dementación. ¿Qué clase de Malkavian era? Bueno, una más del montón. - Bueno... Eh, tampoco tengo la habilidad de manejar las percepciones y emociones... De hecho, no puedo ignorar a tu perro porque mi capacidad de percibir es muy grande. Le dediqué años a la investigación así que mis sentidos están mejor preparados para ello.