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Post by Eva Saigner on Jan 18, 2020 17:48:06 GMT -3
El edificio de la iglesia tenía como base las cocinas. Espacio inmenso y ultramoderno, disponía de todo lo necesario para hacer feliz al chef más exquisito. Más de cincuenta puestos para que cada cocinero pudiera trabajar de forma casi independiente. También dijo algo de techos especialmente altos, de cañones de aire para refrigerar al pobre cocinero achicharrado en verano, y no sé qué de las cámaras de refrigeración. Lo entendí después, que la sala de congelados se encontraba en el interior del almacén refigerado, y que éste era del tamaño de una nave industrial... o algo así.
Más interesante me resultó el ingenio para integrar todo lo anterior con galerías para que las monjas pudieran alcanzar su lugar en el coro de la iglesia, al igual que grandes escaleras y elevadores en los extremos occidentales del cuadrado imaginario que comunicaban la entrada de la iglesia con el garaje. Ni los feligreses más perezosos, ni los más ancianos tendrían ahora excusa alguna para no dejarse los cuartos en las colectas.
La iglesia era impresionante. Realizada con un plástico ultrarresistente de no sé qué de los escudos de los antidisturbios, de columnas en forma de Y orgánicas, que se dividían en cuatro y se volvían a unir, que formaban arcos apuntados como las catedrales góticas, pero que en las columnas se integraba el sistema de iluminación y en la parte central los altavoces. Que si las paredes como el suelo estarían construidos en fibra de papel imitando madera maciza, no sólo recubriendo cemento, lo que le dotaría de un sentimiento más orgánico, madera y cristal. Que si los altavoces estaban programados para tener una diferencia exactamente igual que la velocidad del sonido, y que, por tanto, no se oirían los molestos ecos. Que si el coro se encontraría sobre la sacristía, en la zona central, y, por tanto, alejada de miradas indiscretas. Que si el atril para las lecturas ocuparía exactamente el centro de la cúpula central, lo que tenía un indudable valor místico ... Y un montón de datos más que no logré asimilar.
De lo que sí pude darme cuenta es de que las ceremonias en un espacio así serían, necesariamente, espectaculares. Las catedrales se elevaban para, al mismo tiempo, atraer la luz. En este caso, la luz sería la cubierta. Atraería, sin duda, a una gran cantidad de fieles, y más de un infiel.
Pero también me di cuenta de que, si bien el espacio del atril y del altar habían sido estudiados con sumo cuidado, el lugar para el retablo, o la pintura, o lo que quiera que se colocara en ese espacio, no estaba estudiado en absoluto. Había de buscar a un artista cuanto antes, alguien que sacara partido al lugar. Tal vez, incluso deseara abrir algunos banos, o incluso una vidriera. Definitivamente, tenía que encontrar a alguien ...especial, capaz de culminar el centro del proyecto.
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Post by Eva Saigner on Jan 18, 2020 18:19:26 GMT -3
Cuando llegamos al tercer edificio me encontraba agotada. Le pedí que hiciéramos una pausa, y eso exactamente hicimos. Robert, que al principio se mostró silencioso, comentaba excitado la belleza de las imágenes que nos habían mostrado. Al contrario que a mí, a él le impresionó la galería de oración y la iglesia. Al parecer, le impresionó que tuviera un sistema de ajuste automático de la luz, que él sabía que había gafas que se oscurecían con la luz, pero que no sabía que ese sistema se pudiera integrar en un cristal de un tamaño tan impresionante.
Tras la breve pausa, Peter comenzó su exposición a su ritmo habitual, el de una ametralladora. La V de la A era un edificio con líneas rectas en el exterior, y redondeadas en el interior. Además, la parte del vértice, que alcanzaba los 40 metros de altura, mientras que en los extremos meridionales apenas sí llegaban a los 22. Suites, hospital con varias camas para cuidados intensivos, gimnasios, una piscina infinita en la parte más alta... montones de detalles y lujos de los que se espera ver en un hotel lujoso, o en una residencia de ancianos lujosa, como en este caso.
Pero a mí, esta vez, lo que me impresionó fue el comedor, que ocupaba todo el ala central de la A, un espacio que me pareció equivalía a tres o cuatro plantas, totalmente acristalado, y con todas las mesas a diferentes alturas, creando un laberinto flotante. Además, había fuentes y un sistema hidropónico para cultivar plantas aromáticas, lo que, a la vez que favorecía esa sensación aérea, de flotar entre las nuves, trasmitía la calma de la canción acuática, y, por supuesto, el impacto del suave aroma del perfume floral. Claro, ese perfume era una pura imaginación mía, pero no pude evitar introducirlo en mi ensoñación.
Casi extenuada por la montaña rusa de emociones e impresiones, despedí al señor Fowler de forma tan rauda como me lo permitió mi sentido de la cortesía y la etiqueta.
Una vez se hubo ido, me abracé a Robert, y le di un largo y apasionado beso, como si no fuera él a quien besara, sino al exitoso cúlmen de un plan que ahora empezaba a tomar forma.
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Post by Eva Saigner on Jan 18, 2020 18:22:09 GMT -3
Zero este hilo está ya para cerrar. Espero que te haya gustado. Si hay algún detalle extra que necesites me lo comentas y se lo pregunto a Peter, jejejeje.
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Zero
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Post by Zero on Jan 19, 2020 0:28:40 GMT -3
Lo único que podría decirte el arquitecto, es que dado la nueva normativa y la zona en que estaría el Monasterio (De hecho toda zona fuera del CBD y French Quarter) debido a la debilidad del suelo y falta de infraestructura, la altura está limitada a 15 metros. Y tomándose esta altura, se requeriría un denso basamento de pilotaje, negando la posibilidad de esos pozos bajo las bases que decías. Detalles menores, pero por si acaso vale la pena aclararlos (No sé que tan importante son para ti)
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Post by Eva Saigner on Jan 19, 2020 12:07:48 GMT -3
Bueno, me sorprende, porque aquí en Finlandia creo que todas las casas tienen un sistema para aprovechar la temperatura de la tierra para ahorrar, edificios altos incluidos, y aquí en Turku hay bastante problema de movimiento de tierras y de tierra encharcada también, pero bueno, era un detalle menor. Además, aquí el único arquitecto que hay eres tú. Si tu dices que sin pozos, pues eso, sin pozos.
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Post by Eva Saigner on Jan 19, 2020 15:05:40 GMT -3
Pero me estaba preguntando yo ¿sería posible canalizar agua de mar (o del "lago", como se quiera llamar) para producir un efecto semejante? No vayan a venir los ecologistas a multarme... jejejeje
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Zero
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Post by Zero on Jan 19, 2020 19:09:17 GMT -3
Puedes implementar un sistema de piso/losa térmica, que son canillas flexibles por las que circula agua fría o caliente por dentro del piso o el cielorraso y aclimatan el ambiente. Es algo bastante común.
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Post by Eva Saigner on Jan 20, 2020 15:35:28 GMT -3
Si no estoy mal informado, en espacios grandes es más efectiva la climatización aérea, a parte de que tengo oído que la calefacción radiante empeora los problemas de varices, y en un geriátrico... En fin, detalles tontos. Lo dejamos todo en paz y listo =)
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