[Loyola] Las Ovejas a su Prado (Jack)

El regente te escucha, serio pero complacido con tu presentación.

- Las puertas de la Capilla se encuentran abiertas para usted, así como su Sagrada Protección, si necesita refugio. - Introduce sus primeras palabras, a lo que te correspondía por derecho como parte de la Pirámide. Si deseabas mudarte, los sirvientes te ayudarían, o podías usarlo para descansar ocasionalmente.

- Ha pasado mucho desde que no hemos recibido a un nuevo Aprendiz en nuestra Capilla. Cuénteme, Mortred ¿Qué es lo que lo ha traído aquí? - Te pregunta, observándote y hablando con tono intelectual, como toda autoridad que examina a sus alumnos antes de ingresar.

El antiguo Tremere escucha atentamente tus palabras, reposando su mentón sobre la palma de su mano derecha y asintiendo lentamente ante los puntos clave de tu discurso. Continúa un breve momento en silencio, tras que finalizaste, como quien aún está formulando sus sentencias antes de hablar.

- Comprendo. Sus recursos serán muy valorados, joven Aprendiz. Sepa que la Casa lo apoyará en sus movimientos, siempre y cuando éstos resulten fructíferos. - Dándote el visto bueno a tus intenciones, no era un trasfondo usual en el Clan, pero podría demostrar ser uno muy útil.

Por otro lado, parece mostrarse ligeramente sorprendido, ante la mención de tu particular trabajo. - Entonces es cierto que la recepción de nuevos neonatos no es simplemente una muestra de la benevolencia de nuestro Príncipe. - Concluye en voz alta, quién parecía desconocer acerca del tema. - ¿Ha tenido usted la posibilidad de conocer cuáles son los detalles de esta... 'Labor'? - Interroga, analizándote con controlada intriga.

La biblioteca oficina donde estaban, era un lugar bastante cerrado, oscuro. Una luz controlada los enfocaba particularmente a ustedes y la mesa de trabajo del Regente. No habían ventanas ni posible contacto con el exterior, y que todos los cerramientos estaban envueltos con antiguas bibliotecas. Se sentía como un sitio bastante hermético.

- Oh, ya veo, Anthony... Es una lástima que Marcel deposite su confianza en un vástago tan... Inocente. - Comenta con pena, desviando su mirada hacia abajo, pensativo.

- Será importante que no descuide su labor, Aprendiz Mortred. Es muy probable que de eso dependa su estadía, e incluso, podría darnos cierta visión acerca de lo que trama el Príncipe. - Retomando su atención hacia tu persona, conforme al ver tu lealtad hacia el clan por encima del principado.

- Pero tampoco debe descuidar sus estudios. Despreciar las dotes de nuestra sangre no es menor pecado que negar nuestra unión en la Pirámide. Tengo entendido que usted ya ha sido iniciado en alguna Senda...? - Deduce y casi cuestiona con su última frase, alzando una ceja.

Aparentemente, los tiempos cambiaban, y también las enseñanzas. Sus ojos se sorprendieron ligeramente al haber mencionado tu Senda principal, pero se lo veía comprensivo al respecto.

- Descuide, Aprendiz Mortred. La Senda del Movimiento Mental también posee características muy básicas, y estoy seguro de que lo ayudará a comprender las posteriores capas de la Taumaturgia con la misma eficacia que las formas de la Sangre. Una de nuestras más ilustres Aprendices, de hecho, también se especializa en dicho camino. Estoy seguro de que podrá facilitarle algo de material. - Ofrece extendiendo la pala de su mano, hablando de manera calma y sabia.

- O así desee instruirse en una nueva vía, o extender su conocimiento acerca de los rituales, sepa que la fuente de conocimiento está disponible para usted en nuestra Capilla. - Agrega tampoco desanimando a que bifurques tus estudios o el conocimiento.

El maestro te escucha atentamente y asiente conforme a que prosigas tus estudios con respecto a tu Senda.

- Ella es una Aprendiz muy estudiosa, y muy ocupada. Pero puede hallarla dentro de la Capilla, ocasionalmente. - Te aclara, con el fin de que comprendas que posee una limitada disponibilidad. Parecía mencionarla con orgullo.

La siguiente pregunta era más difícil, y obligó al Regente a reposarse sobre su respaldo, desviando su mirada, meditando durante un largo momento.

- Si usted ha tenido el encargo de trabajar para el Príncipe, es seguro que esperará discreción de su parte. Si muchos vástagos se enteran de su oficio, su eficiencia se verá amenazada y también su cargo. Suponiendo que logre ganar su confianza, puede darnos acceso a información muy útil, sin duda. - Concluye en voz alta, aún pensativo, no hablándote directamente a ti. Aunque dichas palabras lo obligan a repensar el asunto, nuevamente con varios segundos de silencio.

- Sin embargo, el Príncipe debe ser consciente del secretismo de nuestro clan, y aún así ha decidido escogerlo. No, ellos ya deben haberse percatado de que cualquier dato que le brinden llegará tarde o temprano a los oídos de nuestra Casa. Es posible que limite su conocimiento con respecto al de los otros Agentes. Aunque, Guilbeau siempre ha tenido nuestro linaje en gran estima... Puede que sea su intención incluirnos indirectamente en sus planes. - Continúa analizando, y parece que puede estar debatiendo y contra argumentando consigo mismo toda la noche respecto al tema. Era una situación compleja y delicada, contigo en el medio.

- Anthony es un vástago joven, y muy humano. Estoy seguro de que eventualmente cometerá un descuido, o lo hará alguno de sus otros agentes... Reclutar sólo uno no es muy característico de Marcel. - Te informa respecto a tus promesas. Sonaba como que el Príncipe era un hombre de tomar muchas sobremedidas y recaudos.

- El conocimiento es el arma más valiosa, no sólo dentro de la Capilla, sino en toda la Yihad. Su capacidad para informarse y detectar lo que ocurre a su alrededor, determinará cuán próspero y extensa será su estadía en Nueva Orleans. Si en algún asunto se encuentra desorientado, no dude en regresar a mis aposentos, y lo iluminaré en la medida que esté a mi alcance. - Ofrece, más estratégico que generoso.

- No espero menos, Aprendiz Mortred. Hasta entonces, sírvase de la Capilla y nuestros conocimientos. Cualquier ayuda que necesite, no repare en acudir a los siervos de la Casa. - Dándote el permiso a retirarte de esta biblioteca si lo deseas, con sus últimas palabras. Ya eras libre de gozar de las instalaciones Tremere, y las herramientas de las de Loyola, dentro de la facultad de Arte y Ciencias.