Zero
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Post by Zero on Apr 30, 2020 2:03:26 GMT -3
World Trade CenterEl World Trade Center es un gran edificio de oficinas ubicado a cercanías del Río en Downtown, dedicado a la economía y el comercio internacional. Naturalmente cuenta con un gran movimiento de gente y seguridad, y durante la noche representa uno de los Eliseos más importantes dentro de la ciudad. Se trata del sitio en donde suele residir y trabajar el Príncipe junto con otras grandes figuras de autoridad, y se espera que aquellos vástagos que lo visiten lo hagan con motivos de gran importancia. Su acceso más allá de la planta baja es restringido incluso para los miembros de la Torre que vengan sin una cita previa. Los límites seguros de este Eliseo comprenden no sólo la torre, sino toda su plaza pública de acceso, así como una pequeña plaza adyacente de estacionamiento al aire libre, para los visitantes. Sólo los empleados tienen acceso al aparcamiento interno en los subsuelos de la estructura. Las puertas y toda la planta baja de las instalaciones son públicas. En la misma, siempre pueden verse un gran movimientos de empleados y clientes, así como una rígida presencia de agentes de seguridad privados bien distribuidos, y una visión perimetral casi libre de columnas y divisiones murarias. Al tratarse de un gran edificio de comercio y atracción internacional, es natural que la mayoría de los empleados ni siquiera tenga idea de que la asociación es dirigida y ocasionalmente frecuentada por no muertos, pero todos aquellos que tengan una cita para subir a cualquier oficina deberán dejar todas sus armas en el puesto de seguridad.
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Post by Zero on Apr 30, 2020 2:04:08 GMT -3
Eran las 21:00 horas, la noche era temprana y cálida, tranquila, con algo de viento soplando la poca vegetación que había en los maceteros de la plaza seca previa al gran edificio, inconfundible. La planta baja, completamente vidriada y transparente, dejaba ver tanto desde fuera como dentro todo el movimiento de empleados y negociantes siendo atendidos en el edificio, destacando la mesa semicircular central de atención. Y más sutil, pero no menos presente, la seguridad privada en cada esquina de la planta. El sitio, si bien lleno de ganado, no era para nada caótico, sino todo ordenado. Mas tanta muchedumbre podía incomodar a más de uno, según las instrucciones que tenía la Gangrel, ése debía ser el Eliseo dónde presentarse. Madison J. Durham
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Post by Madison J. Durham on Apr 30, 2020 15:35:00 GMT -3
Se detuvo al llegar a la plaza que presidia el inmenso edificio que correspondía con la dirección que le habían dado. Estuvo segura de que era el edificio correcto sin necesidad de comprobar el móvil, el camino estaba grabado en su mente desde que la noche anterior había revisado el recorrido.
La brisa le movía levemente el pelo, una brisa refrescante y diferente, como todo lo que había visto en su caminata. Ni le gustó ni le disgustó lo que vió. No quería hacer ninguna evaluación del lugar, no hasta no estar segura de que sería aceptada. Levantó la vista lentamente, recorriendo el edificio en su totalidad. Nunca había entrado en uno tan alto, aunque reconocía que tenía que ser una experiencia observar la ciudad desde la azotea. Se detuvo observando el último piso y sonrió levemente. El Príncipe debía de estar en una de las últimas plantas. Sí, era una atalaya perfecta para ver los dominios bajo su influencia, para ver hasta donde desplegaba su poder y mucho más allá. Tenía que reconocer que la elección del edificio era correcta, aunque no fuera de su gusto.
Caminó lentamente, sin prisa, hacia la entrada. Mientras lo hacía, observaba los movimientos que se observaban en la planta de entrada. Arrugó el ceño ya que se había esperado algo más tranquilo, más discreto. Pero lo que tenía delante era una ajetreada planta de entrada en la que no faltaba la suficiente seguridad como para que nadie traspasase las líneas que no debían ser cruzadas.
Entró y fue directa hacia el mostrador de recepción.
-Buenas noches. Mi nombre es Madison Durham. Me gustaría ser recibida por el señor Guilbeau. Tenía cita para hoy pero no hora, porque he tenido que hacer un largo viaje para llegar hasta aquí y no pude concretar. Si no puede recibirme ahora, no me importa esperar-le dijo a la mujer que había tras el mostrador mientras que cruzaba los dedos para que pudiera recibirla pronto. Realmente no le apetecía lo más mínimo tener que esperar en aquel recibidor lleno de gente demasiado rato sin nada que hacer.
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Post by Zero on Apr 30, 2020 21:33:58 GMT -3
- ¿Dijo el señor Guilbeau? Un momento... - Mientras la joven recepcionista, muy bonita y elegante, chequea unos datos en su agenda electrónica. La notas un poco confundida hasta que encuentra la cita y recae en algo. - Muy bien. Creo que podría hacerle un nuevo hueco para dentro de quince minutos. Uno de nuestros empleados lo guiará cuando esté listo. - Te responde y sonríe formalmente, aunque la notas un poco nerviosa. Tal vez por tu aspecto.
Suerte para ti, habían unos grupos de sillones cómodos, apartados y sin mucha gente. La espera no parece durar más de diez minutos, para ti, puede que se te haya hecho más larga.
Pasado esto, es uno de los agentes de seguridad privada quien se acerca silenciosamente a guiarte. Un negro de traje oscuro y lentes de sol, de casi dos metros y extremadamente serio, quien se limita a hacerte una seña profesional para que lo sigas. Sus pasos te dirigen en dirección a una caja de ascensores más privados, pero antes se detienen por una pequeña cabina vidriada translúcida. Te abre las puertas, y te hace pasar. Sin mediar palabra, te indica de la misma manera que te posiciones para revisarte, en busca de cualquier arma u objeto peligroso bajo tus ropas.
Tras revisarte muy profesionalmente (Y confiscar temporalmente cualquier objeto peligroso en tu persona, si llevases), el negro continúa su paso fuera de la cabina, escoltándote hasta el interior de uno de los elevadores privados, y marcando la última planta por ti. Eran unos cuántos pisos, pero el ascensor llegó increíblemente rápido a destino. Enseguida las puertas se abren a una elegante y lujosa sala de espera, con unos sillones y mesas de café vidriadas. Un mayordomo mayor parecía estar ocupado lustrando el marco de algunos cuadros, y no te presta atención.
El agente, sale de la cabina junto contigo, pero no avanza más. Nuevamente, una seña con su mano te invita a pasar, sólo, señalando la única puerta doble en todo el salón. Una de madera antigua que rompía un poco con todo el modernismo de la torre.
Del otro lado, está el enorme habitáculo donde la inconfundible figura del Príncipe aguarda. Nunca lo habías visto antes, pero no dudas de que sea él. Su imagen es realmente imponente, bella e intimidante, como la de un gran líder, e inevitablemente acapara toda tu atención. Él te espera al fondo de la misma, firmemente de pie con una postura perfecta, por delante de un gran mirador al Barrio Francés de Nueva Orleans. El lugar era amplio y muy alto, y el espacio totalmente libre. Unos pocos muebles y obras de arte enmarcaban sutilmente las paredes.
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Post by Zero on Apr 30, 2020 21:34:54 GMT -3
- Joven Durham. Llega tarde. Acérquese, por favor. - Te invita con un gesto leve pero elegante, y una voz firme y sin la más mínima vacilación. De cerca se notaba que era un tipo realmente alto, casi de dos metros y de gran corpulencia. Vestía una camisa y unos collares carísimos que exaltaban su gran musculatura, e incluso la palidez de su piel resalta su magnificencia.
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Post by Madison J. Durham on May 1, 2020 6:51:04 GMT -3
La sonrisa nerviosa de la chica le hizo temer por un momento que el Príncipe no pudiera recibirla finalmente esa noche. Pero al confirmarle que la recibiría se quedó pensativa un instante buscando la razón de aquel comportamiento que, aunque discreto, se notaba.
Cuando le indicó donde esperar, asintió-Muchas gracias, esperaré...-miró hacia los sillones de la entrada, no le quedaba otra opción, no creía conveniente esperar en la calle a que vinieran a buscarla-...por ahí.
Antes de sentarse en uno de aquellos sillones, el que encontró más retirado del bullicio, sacó la carta del bolsillo trasero de sus vaqueros y la dejó sobre el reposabrazos del sillón para que no se arrugase. Desde donde estaba podía observar a todas las personas que entraban y salían del edificio y a eso se dedicó mientras pasaban los minutos. Le recordaba a uno de esos edificios de negocios que se veían en las peliculas, donde se trabajaba en grandes negocios o en bolsa. Toda la gente muy bien arreglada, muchos con carteras o portátiles. De donde venía ella estas cosas no existían y nunca le había preocupado ir a una gran ciudad a conocerlas, se estaba mejor en el bosque. Más sano, más libertad, menos contaminación y ruido.
Todos arreglados... pensó. Hizo un repaso de lo que llevaba encima. Zapatillas de deporte oscuras, vaqueros ajustados, camiseta negra, sin maquillar. No encajaba en aquel lugar. Se sonrió. ¿Por eso me ha mirado la recepcionista de esa forma? ¿Considera que no vengo arreglada de acorde a quien vengo a visitar? Aquel pensamiento, más que provocarle nerviosismo, le provocó curiosidad. Había tantas cosas que su sire no le había enseñado...
Vio como se acercaba un tipo hacia ella y supo que había llegado la hora de conocer al Príncipe. Se volvió a guardar la carta en el bolsillo trasero de sus vaqueros y caminó tras él hasta llegar a un lugar en el que comenzó a cachearla. Se dejó hacer sin problemas, no llevaba nada encima salvo la ropa que vestía, su móvil y la carta. Pero le sorprendió también aquel comportamiento. No consideraba que un Príncipe fuera alguien fácil de encarar, pero podía entender que quisieran minimizar el riesgo de posibles problemas. Subieron ambos en un ascensor y Madison sonrió abiertamente cuando aquel tipo pulsó el botón de la última planta. No había fallado en su suposición y, con suerte, vería la ciudad desde arriba.
Cuando las puertas del ascesor se abrieron, se desplegó delante de ella una enorme sala. No pudo evitar mirar a aquel hombre limpiando el polvo, parecía tan fuera de lugar allí como ella misma en la recepción del edificio. El matón le señaló la puerta de madera y hacia ella se encaminó con paso decidido. No tenía miedo de presentarse ante el Príncipe, pero sí tenía respeto. Cualquier equivocación, cualquier detalle que no le agradara tiraría por tierra muchas cosas y a ella la dejaría en un lugar complicado inicialmente.
Atravesó la puerta y no tuvo duda de que la figura que se recortaba contra el cielo de Nueva Orleans era el Príncipe. La estampa que desde allí tenía de él y de la ciudad a sus pies era verdaderamente imponente, regia e impactante. Su voz resonó en la sala, invitándola a pasar y a acercarse. El tono que usó acrecentó la sensación de grandiosidad, pero invadió de intranquilidad a la gangrel por su comentario. Se acercó a él con paso seguro. Cada paso que daba hacía que la figura del Príncipe creciera en tamaño y en importancia, en magnificencia. La ciudad brillaba a sus espaldas, parecía casi estar suspendido en el vacío. Sintió que seguir a una persona como él tenía que ser especial, sintió que quería conocerlo más y quedarse en la ciudad. Pero parecía no haber empezado con buen pie.
-Príncipe-dijo, inclinando su cabeza en señal de respecto cuando llegó a una distancia que consideró apropiada-Mis disculpas. Ha sido un viaje largo y, hoy al despertar, quise venir dando un paseo para conocer la zona. Si le he causado problemas con la agenda, no fue mi intención.
Cuando levantó la mirada de nuevo, fue observando toda la figura del vampiro hasta llegar a detenerse en sus ojos. Nunca había visto a nadie como él. Se sintió pequeña. Si él quería, acabaría con ella en un solo segundo, ella no tendría tiempo de reacción. Estaba totalmente segura.
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Post by Zero on May 1, 2020 7:04:24 GMT -3
El Sangre Azul permanece mirándote en silencio, con una mirada tenaz, cual juez. Su mutismo decía mucho acerca de su desapruebo.
- Muy bien. Tiene el derecho a presentarse, así como sus intenciones y el motivo de su llegada a la ciudad. - Dictamina Marcel, dándote la palabra en una forma tan formal como elegante. Con un innegable y sugerido, aire de rigidez por detrás.
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Post by Madison J. Durham on May 1, 2020 9:17:20 GMT -3
Madison asintió. No había preparado nada, no sabía lo que él querría o no saber de ella. Quizás nada, quizás todo. Ella sabía que él tenía que saber perfectamente todo lo que acababa de preguntarle, pero no dijo nada y se limitó a contestar, intentando explicar lo mejor posible todo. -Soy Madison J. Durham, del clan Gangrel. Formaba parte del clan en la ciudad de Idaho. Hace varias semanas un grupo numeroso y organizado del Sabbat acabaron con la mayor parte de los miembros de la Camarilla en la ciudad y se hicieron con el control. Entre las incontable bajas, mi sire también cayó defendiendo la ciudad. Yo no estaba en el lugar en el que todo sucedió. Mi sire me envió lejos aquella noche, no sabría decirle si con conocimiento de lo que iba a suceder o fue simple casualidad, pero entraron a saco en el Elíseo donde estaban la mayoría. Los miembros que sobrevivimos al ataque nos replegamos e intentamos organizarnos. El miembro que se hizo cargo de los supervivientes, me habló de que en Nueva Orleans se necesitaba a nuevos miembros. No sobrevivió ningún Gangrel en la ciudad
y las cosas estaban demasiado revueltas, demasiadas cosas que hacer y decidir, asi que... digamos que me sugirió que viniera aquí. Entiendo que no era el momento de ocuparse de alguien tan joven como yo, ni era buena idea dejarme a mi suerte en aquella ciudad llena de Sabbat.Hizo una pausa pensando en que quizás se estaba extendiendo demasiado, pero continuó. - Podía haberme quedado en los bosques donde fui convertida, pero preferí venir. Si aquí necesitan a gente y puedo ser de ayuda, me hará sentirme útil y... -hizo una pausa, dudando por primera vez si decir lo que tenía en mente o no. Pero Madison solía ser transparente, y aquella vez no iba a ser menos- ...aprender lo que pueda. Mi sire no era demasiado extenso en las enseñanzas y soy demasiado joven en este mundo como para apartarme de todo. Me convertiría en una bestia si lo hiciera. Sé que soy demasiado joven y que no puedo aportar demasiado pero me gustaría que me diera una oportunidad aquí.Durante todo el viaje no había tenido claro aquello pero, después de conocerlo, sintió la necesidad de quedarse, de conocer aquel lugar. Sacó del bolsillo trasero de sus vaqueros la pequeña carta de recomendación que traía. Se la tendió a Marcel. Era un sobre pequeño, lacado con cera roja como la sangre, con el sello de Idaho. -Me dijeron que le llamarían para hablarlo con usted, pero también me dieron esta carta para aclarar mi situación por si tenía alguna duda de mi presentación.
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Zero
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Post by Zero on May 2, 2020 0:02:55 GMT -3
El Príncipe te escucha con atención, una expresión casi pétrea que hacia difícil determinar cuál era su juicio ante tu presentación y tu historia. Espera a que finalices, para retomar la palabra.
- Entiendo. Es lamentable, lo ocurrido en Idaho, y su Sire. - Expresa con un tono respetuoso, aparentemente considerado, antes de tomar la carta y abrirla con cuidado. La lee en silencio, con cierta extrañez, sin tardar mucho. - Ya veo... - Susurra para sí, concluyendo la nota. Dicho esto, la guarda con delicadeza nuevamente en el sobre, guardándola en el bolsillo de su camisa.
- Verá, señorita Durham. Naturalmente, nuestras políticas no nos permiten recibir a muchos residentes para estadías permanentes o longevas. No se trata de un privilegio que se otorgue a la ligera. Sin embargo, dadas sus condiciones... - Establece cuál preámbulo, implicando todo lo que conllevaba otorgar tal permiso. - Si usted promete total y completa lealtad y servicialidad ante este Principado, por encima de todas las cosas, es algo que podría permitir. - Ofrece con un tono por demás benevolente.
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Post by Madison J. Durham on May 2, 2020 5:45:56 GMT -3
Observó cuidadosamente la expresión del rostro de Marcel mientras leía la carta y no le pasó desapercibida aquella expresión que, durante un instante, rompió la pétrea expresión que tenía desde que ella había llegado. No tardó en leerla y guardarla, quizás mucho menos tiempo del que ella había supuesto que tardaría. Y esas dos cosas le hicieron preguntarse, por primera vez, que es lo que había escrito en la misiva. Pero, cuando desapareció dentro del bolsillo de la camisa de Marcel, supo que no lo sabría nunca.
Cuando Marcel empezó a hablar lo escuchó con atención. Era hombre de pocas palabras, pero concisas, iba al grano y era directo. Expuso las costumbres de aquella ciudad, dejando bien claro que eran un grupo cerrado y fuerte, que solamente se dejaba entrar y permanecer en la ciudad a quien, por alguna razón, ellos consideraban digno. Hubo entonces una pausa, un cruce de miradas evaluadoras. Una de ellas, la de Marcel, igual de impasible e impenetrable que desde el principio. La de ella, de espera a la decisión final tomada por quien solo podía hacerlo. Y, cuando él habló, ella escuchó atentamente cada una de las palabras que él pronunció.
...por encima de todas las cosas...
Madison procuró no variar tampoco su expresión, pero aquella frase no le pasó desapercibida, las implicaciones que conyevaba tampoco. Eran enormes y ella no podía saber qué le depararía el futuro, pero había tomado una decisión al entrar en aquella sala. Y había venido hasta allí por orden del grupo en el que había crecido como vampiro, no les defraudaría tampoco.
-Acepto esa condición-dijo inclinando la cabeza-Prometo lealtad y servicialidad ante este Principado que me acoje.
Cuando levantó la mirada, volvió a buscar los ojos de Marcel. Tenía una personalidad enorme, no podía dudarlo. No pudo evitar preguntarse cuantos años tendría en Príncipe y cuantos llevaría al cargo de Nueva Orleans.
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Post by Zero on May 2, 2020 6:09:18 GMT -3
Has una tirada de Carisma + Etiqueta (De parte de la Presentación y la reverencia), mientras contestas lo siguiente.
Aún inexpreso, y una postura juiciosa, el Príncipe observa tu gesto y continúa.
- ¿Es consciente usted de todas y cada una de nuestras Tradiciones? - Pregunta a continuación, como si parte de un juramento se tratase.
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Post by Madison J. Durham on May 2, 2020 6:36:17 GMT -3
Asiente con la cabeza-Sí, las conozco.
Dudó un instante si él querría que las recitase o no, pero era evidente que, si no lo hacía, se tendría que fiar de su palabra.
- La Primera Tradición: la Mascarada. No revelarás tu verdadera naturaleza a quienes no sean de la Sangre. Si lo hicieres, renunciarás a tus derechos de Sangre. La Segunda: El Dominio. Tu Dominio es tu responsabilidad. Todos los demás te deben respeto en él. Nadie puede desafiar tu palabra cuando esté en tu Dominio. La Tercera: La Progenie. Sólo serás el Sire de otro con el permiso de tu Antiguo. Si creares otro sin el consentimiento de tu Antiguo, tú y tu Progenie seréis eliminados. La Cuarta: La Responsabilidad. Quienes creares serán tus propios hijos. Hasta que tu Progenie fuere Liberada, deberás gobernarlos en todas las cosas. Sus pecados son también los tuyos. La Quinta: La Hospitalidad. Honra el dominio de otro. Cuando llegares a una ciudad extranjera, deberás presentarte a quien gobernare allí. Sin su palabra de aceptación, nada eres. La Sexta: La Destrucción. Te está prohibido destruir a otro de tu especie. El derecho de destrucción pertenece sólo a tu Antiguo. Sólo el más Antiguo de entre vosotros podrá invocar la Caza de Sangre.
Las recitó de memoria. Era de las primeras cosas que su sire se había dignado en enseñarle. Los principios que todos respetaban y debían hacer respetar.
Carima+Etiqueta kuRzXQO44d10
4d10
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Post by Zero on May 9, 2020 4:52:30 GMT -3
El Príncipe permanece durante un largo rato en silencio, con un juicio aún difícil de discernir. Finalmente, asiente.
- Muy bien. - Acepta, aparentemente, satisfecho con tu demostración hasta ahora. - Siempre y cuando demuestre ser capaz de cumplirlas al pie de la letra, será usted libre de asentarse en Nueva Orleans. Concertaré una cita con uno de mis chiquillos, Anthony, para que la ayude con su asentamiento en la ciudad y le asigne sus nuevas responsabilidades ¿Alguna duda, señorita Durham? - Pregunta elegantemente tras instruirte lo dicho.
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Post by Madison J. Durham on May 9, 2020 5:45:09 GMT -3
Después de recitar las tradiciones se hizo el silencio entre ambos. No fue incómodo para Madison porque, al igual que él estaba evaluándola, ella hacia lo propio. Y no iba a interrumpirlo, estaba decidiendo si ella podía o no quedarse en Nueva Orleans y se imaginaba que no era una decisión para tomar a la ligera con todo el que llegaba a aquel salón por primera vez. Y ella evaluaba o intentaba imaginar qué le depararía el futuro sirviendo a Marcel, cómo sería la vida bajo aquel principado y que miembros encontraría allí.
Cuando Marcel habló, Madison asintió a sus palabras. Ya tenía dos condiciones a salvaguardar para poder quedarse en la ciudad. Con esa segunda estaba ya habituada y no sería problema, las Tradiciones estaban para mantener un orden dentro del caos y había aprendido a respetarlas desde el primer momento.
-Gracias por permitirme establecerme en su ciudad-contestó, asintiendo-Inicialmente no, ninguna duda. Quedo a la espera de esa reunión con Anthony, por supuesto. Estoy totalmente disponible.
Tal vez tendría preguntas, sí, pero entendía que no eran del ámbito de alguien como Marcel. El día a día de la ciudad tendría que aprenderlo por si misma y, si su chiquillo le iba a indicar sus responsabilidades, ya tenía a alguien con quien poder resolver ciertas cuestiones básicas.
Podía quedarse en la ciudad. Si pudiera aún respirar, ahora hubiera soltado un suspiro. Por lo menos su viaje no había sido para nada, ahora tenía otra oportunidad.
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Zero
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Post by Zero on May 9, 2020 6:08:27 GMT -3
- No se preocupe, él se encargará y velará por usted, mientras tanto. Concertaré un encuentro para que pueda ir a visitarlo, mañana a primera hora de la noche, en nuestra Casa. - Te asegura, con una elegante y hospitalaria invitación, que sonaba como todo un honor.
- No obstante. - Haciendo una salvedad, serio. - Debe saber que no sólo las Tradiciones rigen en nuestro Territorio. Actualmente se encuentra prohibido cazar dentro del distrito de Gentilly, y alimentarse de cualquier policía o clero dentro de toda la ciudad. También le sugiero especial precaución en cercanía a los parques, aunque he de asumir los demás miembros de su Clan ya le han contado al respecto...? - Plantea, esto último casi a modo de pregunta, ya que podía estar equivocado en pensar habías tenido contacto con los Gangrel locales ya.
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Post by Madison J. Durham on May 9, 2020 6:35:23 GMT -3
Aquella invitación sonó especial, como un honor. Quizás realmente lo fuera aunque ahora mismo no podía asimilar la magnitud o no que tenía aquello. Sería una de las cosas que iría aprendiendo conforme fuera pasando el tiempo. Pero algo le decía que sí, quizás el tono que Marcel había usado, quizás el haber usado la palabra 'casa'. Pero fuera como fuera, ella ya lo tenía apuntado mentalmente como algo que quizás no todos los recién llegados podían tener. Y las palabras de Marcel respecto al tal Anthony le llamaron la atención, ¿alguien iba a preocuparse realmente tanto por un Gangrel? Aquello le produjo curiosidad y esperar a la noche siguiente para conocer a ese segundo vástago se le hizo, de repente, muy largo.
Mentalmente apuntaba cada una de las leyes adicionales que aquel territorio tenía y, en un momento dado, arrugó fugazmente el ceño, aunque esperó a que él terminara de hablar para preguntar y comentar.
-Estaré a primera hora mañana donde me indique, por supuesto-le faltaba la dirección, pero supuso que se la daría antes de cerrar aquel encuentro-Pero, respecto a la prohibición de alimentarnos de policias o miembros del clero... bueno, con el clero no tengo problemas, son fácilmente reconocibles pero con la policia, si están de servicio el uniforme los delata pero cuando están fuera de servicio, sin uniforme, no puedo saber quienes son. ¿O entiendo que la prohibición es mientras estén de servicio? -ladeó un poco la cabeza al preguntar. Si la prohibición implicaba estando o no de servicio, le iba a suponer conocer a cada uno de los miembros de la ley de aquella ciudad para no elegir a alguien equivocado alguna noche sin querer así que las opciones de alimentarse se veían drásticamente reducidas hasta que no contara con ese conocimiento.
-Y, respecto a los miembros de mi clan en la ciudad. Tenía instrucciones de venir a hablar directamente con usted. Es mi único contacto aquí. Es decir, desconozco si hay algún miembro de mi clan en esta ciudad o no y, si existen, por quien preguntar o donde buscarlos. Quien me ha enviado aquí no es Gangrel, así que entiendo que, o desconocía esa información o no le ha preocupado dármela en su momento. Tampoco yo pregunté, digamos que... no sería la primera vez que tuviera que buscar a alguien de mi clan por mis propios medios. Durante mi viaje he consultado mapas de la ciudad. Sé que hay varios parques y pantanos rodeando la ciudad, unos más llamativos que otros-dijo con una sonrisa-así que entiendo que no tendré problema en que... ellos me encuentren a mi si invado sus territorios. Aunque, creo que, por lo que ha dicho, puedo encontrarme con algún problema adicional si hago eso, ¿me equivoco?
Podía pensar en varios problemas adicionales, pero esperó pacientemente a que el propio Marcel le indicara.
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Zero
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Post by Zero on May 13, 2020 22:00:08 GMT -3
- En tal caso sólo puedo sugerirle tenga la mayor precaución posible, mas nadie le inculpará si llegase a suceder tal infortunio. - Te explica serenamente, con una expresión más de preocupación que de juicio.
- En efecto, no se equivoca, señorita Durham. Tales espacios son territorio de su Clan, mas también lo son de Lupinos. - Te advierte, con importancia. Puede que sea la primera vez que escuches tal término, al menos dentro de una conversación seria. - Sus hermanos, por naturaleza, son algo... Difíciles, de contactar. Mas considero es menester que se presente ante el mismo, como parte de los derechos y obligaciones de nuestra honorable Secta. - Expresa con bella convicción.
Tras meditarlo durante unos segundos, retoma su palabra.
- Veré qué puedo hacer por usted, en su caso. Es posible que en las noches entrantes le notifiquen si hemos de lograr concertar un encuentro con alguien de su linaje. Hasta entonces, no puedo dejar de sugerirle prudencia al respecto. - Ofrece generosamente el Príncipe. Claro, esto implicaría dejarle algún medio de contacto.
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Post by Madison J. Durham on May 14, 2020 18:58:01 GMT -3
Madison miró a Marcel con una expresión indescrifrable durante unos segundos.
-¿Tienen lupinos tan cerca de la ciudad? ¿En los parques?-preguntó con una mezcla de incredulidad y sorpresa, recordando mentalmente el plano de la ciudad. Había escuchado hablar de ellos aunque nunca había visto ninguno. ¿Creía en ellos? Evidentemente. Después de lo que ahora sabía, ya nada podía extrañarle. Pero si le había sorprendido saberlos tan cerca de ellos, tan cerca de los humanos-Nunca antes había escuchado que estuvieran tan cerca de la civilización y de nosotros, pero lo anoto, tendré cuidado entonces. No creo que sea buena idea entrar directamente en uno de esos parques si también ellos los consideran su territorio, no quiero comenzar algo que no deseo-le contestó, haciendo una ligera referencia a comenzar algún incidente sin querer con aquellas criaturas el mismo día de su presentación-Pero si conviven en las mismas zonas que los miembros de mi clan, entiendo que existirá algún pacto, algunas reglas que respetar mutuamente. Entiendo que mi clan me indicara al respecto... aunque saber qué limites tiene su territorio sería de ayuda mientras tanto... ¿los límites físicos de los parques? ¿el límite que marca la propia tierra del asfalto? .-lo dejó en el aire, por si él mismo quería ponerla al día de aquel tema aunque eso iba a implicar que, sí tenía que esperar a hablar con alguien de su clan, no podría pisar los parques mientras tanto.
Se quedó un instante pensando en algo, evaluando. En otro momento quizás se hubiese negado a dar su contacto pero, si iba a trabajar para él, tarde o temprano tendía que hacerlo, aunque fuera reticente a dar su número de teléfono-Le puedo dejar mi teléfono sin ningún problema, es importante cumplir con el protocolo de presentaciones, quiero presentarme ante mi clan. De hecho pensaba ir en su busca esta misma noche. Pero esperaré a que me concierten una cita si lo considera más apropiado. ¿Puedo preguntar como está mi clan representado en esta ciudad y con quien será mi cita?-preguntó, con más curiosidad de la que quizás se le notaba a simple vista aunque un poco contrariada por no poder visitar los parques libremente aunque siempre podría acercarse sin llegar a entrar... Sonrió para sí ante la idea.
Durante todo el viaje se había propuesto intentar aprender como funcionaban en aquella nueva ciudad antes de comenzar a volar ella sola. No quería problemas e intentar no generar problemas podía resultar complicado en según qué sitio. Y con qué gente. Ya había aprendido bien desde sus primeros días que la libertad había que ganársela. Y sabía que costaba, pero tenía todo el tiempo del mundo para aprender y para conseguirla de nuevo en aquella ciudad.
Pero la idea de ver a un lupino le producia curiosidad... mucha curiosidad...
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Zero
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Post by Zero on May 16, 2020 3:01:06 GMT -3
- Personalmente no consideraría "tenerlos" un término apropiado, señorita Durham. Nuestra relación inevitablemente siempre fue y será delicada. Mientras no se aleje de los límites de la urbe, esto puedo garantizarle, estará a salvo. - Te explica educadamente Marcel, acompañado de sus nobles gestos.
- Su Clan, no posee un representante físico dentro del Consejo. En cuanto a su posterior duda, es una que me temo sería incapaz de responder. Dependerá, de la predisposición de sus hermanas. - Implicando que él haría todo lo posible en sus manos. Aparentemente, y a entender por sus palabras, tu Clan parecía bastante abstraído de la rigidez política habitual en todo principado. Lo cuál no era algo necesariamente común, pero tampoco de extrañarse.
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Post by Madison J. Durham on May 16, 2020 4:10:55 GMT -3
Casi se la pudo escuchar suspirar cuando Marcel le indicó los límites a respetar. Aquello significaba que, hasta que no conociera más el entorno, los límites y las costumbres de aquellas criaturas, poner un pie sobre tierra podría tener consecuencias. No había contado con aquello, trabajo adicional, pero esperaba encontrar pronto la forma de poder caminar por los alrededores con la tranquilidad de siempre.
Y no le sorprendió escuchar que su clan no estaba representado oficialmente. Pero sí que Marcel dijera "hermanas", lo cual era bastante significativo y descriptivo. Añadiendo la información de que no eran fácilmente localizables que implicaba que se mantenían relativamente al margen y no respondían ante Marcel. Debían ser vástagos con bastante más edad que ella. Ni le importaba ni todo lo contrario, pero se iba haciendo una imagen parcial de lo que la esperaba en aquella ciudad por parte de su clan.
-Perfecto, esperaré esa llamada igualmente, no era por nada en especial saber el nombre. Solo espero que me localicen antes de encontrarnos casualmente y piensen que no he querido cumplir con mi obligación de presentarme ante mi clan.
Una pregunta le surgió entonces enlazada con lo anterior. Algo que sí le sería de bastante utilidad para situarse en aquella ciudad y no llevarse ninguna sorpresa adicional causada por su desconocimiento.
-¿Puedo preguntar cuál es la posición de mi clan en esta ciudad? Hay sitios en los que se nos tolera, otros en los que se nos tiene en cuenta como un clan más...otros en los que directamente no somos bien recibidos. Esa información me ayudara a la hora de moverme por la ciudad, a saber a qué atenerme-preguntó objetivamente, tan simple y llanamente cómo se le ocurrió la pregunta. Sin dobles intenciones, solo buscando información necesaria para sus siguientes días.
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Zero
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Post by Zero on May 21, 2020 1:36:42 GMT -3
Has una tirada de Manipulación + Expresión.
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Post by Madison J. Durham on May 21, 2020 3:29:23 GMT -3
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Zero
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Post by Zero on May 22, 2020 4:43:34 GMT -3
- Posición, como tal, sería un status difícil de determinar. Su Clan posee una presencia muy escasa, y su contacto con los estratos Políticos de la ciudad es igual de reducido. No obstante, le puedo asegurar que alguno de sus miembros cuentan con cierto prestigio, si bien esta cualidad puede variar dependiendo de a quién usted le pregunte. - Te explica elocuentemente el Príncipe, en una forma que buscaba brindarte un ambiente ciertamente reconfortante.
- En esta ciudad siempre serán valorados los Clanes dispuestos a colaborar con toda causa de su Dominio. Y su Clan siempre ha sido uno de ellos. Siempre y cuando usted sepa seguir su ejemplo, no tiene nada de que preocuparse. - Te asegura con firmeza. Después de todo, el Gangrel era un Clan de acción y no de palabras, y según las de su Alteza ésto parecía ser muy respetado.
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Post by Madison J. Durham on May 22, 2020 12:44:52 GMT -3
Escuchó con interés, prestando atención tanto a las palabras como a la forma de decirlas y a los gestos del Príncipe. Muchas veces los gestos decían más que las palabras y no pudo evitar pensar que estaba siendo muy político en su respuesta, demasiado quizás. Si hubiera algún tipo de problema ¿se lo diría realmente? Partiría de que sus palabras eran ciertas, pero no dejaría a un lado su cautela. Era un sitio nuevo y tendría que adaptarse al entorno. Y el resto de habitantes, tanto de su clan como al resto, a su presencia. E, igualmente, le dejaba bien claro lo que se esperaba de ella como miembro de su clan. Y también le produjo curiosidad saber en qué podría ayudar un Gangrel recién llegado a la ciudad a aquel Príncipe, aunque algo le dijo que no tardaría en averiguarlo.
Asintió lentamente cuando esté terminó-Entendido, gracias por la información. Espero entonces a recibir la llamada que me pondrá en contacto con mi clan. Espero que tengan curiosidad por conocer al nuevo miembro en la ciudad y no sean demasiado esquivas -le contestó con una ligera sonrisa, sabiendo cómo de díficl podía ser localizar a alguien que no quería ser encontrado-Entiendo que la dirección a la que tengo que ir mañana a primera hora se me facilitará antes de ese momento. ¿Hay algo más que deba tener en cuenta antes de salir a la noche de Nueva Orleans?
Ladeó un poco su cabeza mirando al Príncipe, le estaba resultando interesante la conversación, más de lo que había imaginado en un primer momento. Y, en vista de que no podía poner un pie en los parques sin peligro, el encanto de pasear por la ciudad había disminuido notablemente, así que no le importaba seguir conociendo allí aspectos interesantes a tener en cuenta antes de sumergirse en su nuevo entorno.
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Zero
Narrador
Posts: 3,695
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Post by Zero on Jun 3, 2020 22:51:14 GMT -3
- Mientras sea respetuosa, habrá muchos ámbitos de la ciudad que se verá capaz de disfrutar. Así que, mientras tanto... - Te asegura con un tono benefactor y elegante, sin ninguna rigurosidad más que añadir. - ...Disfrute de Nueva Orleans. - Rematando en una elegante sonrisa.
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Zero
Narrador
Posts: 3,695
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Post by Zero on Jun 3, 2020 22:53:28 GMT -3
Considera que tras esta escena tu personaje sabe todo lo descripto en la sección de Eliseos en Ambientación. Así como la ubicación de los mismos.
Tan pronto pueda abrir la siguiente escena te avisaré. Mientras tanto, eres libre de abrir múltiples escenas por tu cuenta, ya sea para visitar un Eliseo o a tu hermana de Clan, si es que deseas hacerlo (Nadie te obliga a).
A menos que desees hacer algo más dentro de la entrevista o el Eliseo en sí, podemos dar por terminada esta escena.
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Post by Madison J. Durham on Jun 4, 2020 3:02:35 GMT -3
Perfecto, la damos por terminada.
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