[The Spotted Cat] Lo que trajo el gato (cerrado)

La elegancia del lugar no podía sino corresponderse con la de su clientela, servicio y comida. Es probable que hayas tenido que realizar una reservación con bastante antelación para conseguir tu mesa, o quizás disfrutaste de unas horas de espera entre las luminosas y coloridas calles del Barrio Francés.

Como sea, un buen mozo de edad adulta y muy profesional, se encarga de atender tu mesa individual y brindar con total cortesía tu pedido.

El sitio por dentro era más grande lo que parecía, y pese a contar con tres escenarios diferentes cuyas bandas se encontraban tocando diferentes variantes del género, ninguna melodía se interrumpía con la otra gracias a un excelente diseño acústico y organización por parte del staff.

Había mucho que disfrutar para cualquier fanático del Jazz, pero ante los oídos de un Toreador ¿Habría un verdadero talento digno de su sangre allí?

Puedes hacer una tirada de Percepción + Interpretación.

Tu fino oído y saber artístico, además de buen gusto, te llevan a prestar más atención a la pequeña banda que se encontraba tocando en el escenario del centro, y ahora mismo también era el centro de la música en general. Eran tres jóvenes muy elegantemente vestidos, de camisa y pantalón bien a la moda. Pero no es sólo el buen gusto lo que te llama la atención de ese grandioso trío.

Lo es el miembro principal, cuya figura resaltaba infinitamente por encima de sus dos compañeros, dejándolos casi como si de un fondo pintado se tratase. Sus continuos movimientos a través del escenario mientras tocaba, estaban cargados de una gracia y pasión que fácilmente se robaban los ojos de todo. Era el típico artista que tenía 'eso' que le permitía robarse todo el escenario con un carisma natural e innato. Competía incluso con el tuyo.

Más aún, tras apreciarlo durante toda su canción, te percatas de un detalle que sólo un verdadero ducho podría detectar. No sólo tenía la gracia y concentración para moverse por toda la pista mientras tocaba con perfección cada una de las notas de su saxofón, pero eran los intercambios y ritmos que hacía. La velocidad con la que sus dedos se movían y pasaban de nota en nota, en combinaciones casi imposibles para cualquier persona normal. No, una persona normal debería estar sudando y con las manos rojas de estar tocando con esa perfección y agilidad. Algo te dice que este artista no es normal, es algo más.

El show de fondo se extiende unos cuántos minutos más, ya que el público de las mesas cercanas se los veía bastante a gusto y siempre terminaban pidiendo una más. Pero finalmente la banda central se retira a tomar un descanso, y tu camarero con gusto toma tu especial pedido y se encarga de llevárselo hacia el grupo, quién tras haber guardado sus instrumentos se disponía a descansar en una de las mesas más apartadas y cómodas.

El trío se lo ve muy a gusto con la recepción, pero el protagonista en particular parece rechazar toda bebida con humildad, dejándola a sus compañeros. A él se lo veía demasiado ocupado apreciando lo admirado que era por la clientela cercana, robándose tantas miradas como lo hacías tú, sino más.

La figura central no puede evitar recibir por completo el alago, con una orgullosa sonrisa en su rostro, fallando en conservar sus anteriores muestras de humildad. - No hay de qué. - Asiente lentamente en respuesta.

- Siempre y cuando se me dé crédito y posea la última palabra antes de su distribución, es algo negociable ¿Me permitiría saber su nombre, caballero...? - Contesta elegantemente ante tu oferta, dando pie a tu presentación.

Sus otros dos acompañantes andaban entre los veintes y los treintas, de aspecto muy elegante y bien cuidado.

- Llámame Michael. - Se presenta uno de ellos con una sonrisa y actitud más jovial y relajada, reclinándose sobre el asiento acolchonado que daba contra el muro del club. Tenía el cabello rubio corto, ojos claros y tenía un rostro
barbilampiño.

- Ricardo García. Un gusto. - Responde luego el otro alzando elegantemente su copa, con un claro acento latino. Parecía ser más maduro y calmo, una barba candado prolijamente cortada y cuidada, y su cabello negro algo enrulado pero resplandeciente colgaba atado por una cola.