Zero
Narrador
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Post by Zero on Jan 14, 2020 0:26:08 GMT -3
Mes de Noviembre de 2019Noches frías y secas aguardaban a los vástagos de Nueva Orleans durante el mes por venir. Las fuertes lluvias habían cesado, las noches húmedas eran las de menos, dejando no más que un viento seco sobre el rostro de los no muertos que caminasen las calles de la festiva ciudad. El movimiento turístico y local sigue tan fuerte como siempre, y muchos se van preparando por las festividades por venir. Corren rumores entre los vástagos más novatos y los Eliseos, que el Príncipe ha aflojado un poco sus tan rígidas políticas de admisión en la ciudad, habiendo permitido por primera vez en mucho tiempo a un joven novato sin Clan ni Sire en su Dominio. Aunque tales dichos son muy dudosos y descreídos, algunas malas voces son inevitables ¿Una señal de benevolencia? ¿O un falso gesto político para luego dejarlo morir a su suerte? El tiempo confirmará o dejará en el olvido tal rumor... Pueden narrar su despertar en la Nueva Sesión. Aquellos que despierten deberán gastar 1 PS de la Reserva con la que concluyeron el Mes Anterior. Además, deberán gastar 1 PS por cada punto en Criados que represente a un Ghoul. Este gasto inicial, es el único que tendrá lugar antes de sus Cacerías del Mes 7. No se olviden de actualizar sus Fichas de Seguimiento.
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Post by Trevor Henderson on Jan 14, 2020 1:01:46 GMT -3
Trevor despertó en su refugio. La temporada de lluvia había pasado. Solo esperaba que con la lluvia también pasará la sombra que caía sobre NO. 1ps por despertar
9/13ps
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Post by Eva Saigner on Jan 15, 2020 12:01:26 GMT -3
Era estresante. Cuanto más hacía por avanzar, más se retrasaban mis planes. Ni siquiera había tenido tiempo para organizar EL SACRIFICIO, y eso que era prioritario. Vaya, si hasta los perros parecían ser una misión fuera de mi alcance. Además, estaba el asunto de los papeles. Ayudaría a Trevor, por supuesto, y, de paso, obtendría algunas respuestas. ¿Estaba mi sire en la ciudad antes de su invasión? No me cabía duda de que había estado muy relacionado con las sierpes, pero no lograba discernir cuánto, ni por qué, ni cómo. Su magia para conocer el pasado estaba muy lejos de mi alcance, para mi desgracia. Sólo soñaba con que los registros arrojaran algo de luz a estas preguntas. Pero, si no hubiera estado entonces, si no hubiera estado en la ciudad, no obtendría nada o casi nada. Taciturna, echo un vistazo a la oscuridad exterior, como si no tuviera suficiente y quisiera reclamar para mi alma la noche misma.
-1 PS 9/13
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Post by Belmont L.T. on Jan 15, 2020 12:49:35 GMT -3
Belmont se había levantado algo malhumorado, el hambre era muy prominente. Llevaba muchos días haciendo un gasto intensivo de sangre con multitud de experimentos, probando sus dones, alimentando alimañas, etc.…
Todo iba bien, o eso pensaba, sus esfuerzos estaban dando muchos frutos, había aprendido a controlar y alimentar animales para poder usarlos con sus dones. Estaba progresando a buen ritmo. Pronto podría aventurarse con cosas de mayor relevancia e importancia.
La noche era fría, sin viento y la luna brillaba como nunca, era luna llena, proporcionaba una gran claridad visual. Belmont se había vestido como siempre, una gabardina oscura que le cubría hasta la mitad de la cara, un sombrero de invierno y una bufanda oscura a juego.
Tenía un montón de cosas por hacer y muchas de ellas eran arriesgadas, pero no estaba desanimado, su mente estaba a mil por hora pensando en todas las posibilidades.
Reserva de sangre 6/13
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Post by Manfred Van Houten on Feb 5, 2020 19:55:08 GMT -3
Levantarse, vestirse y salir de fiesta. Sería una noche más en su no-vida de no ser porque debía subirse a un avión para cambiar de escena. No entendía por qué la gente quedaba tan enamorada de New York, los clubes tienen mala acústica y, por lo general, dejan entrar a cualquiera al sector VIP. ¿Desde cuándo un jugador en su primer año de la NBA es VIP? Jordan o Kobe son VIPs, no estos niñatos que mañana se lesionan y ni los que coleccionan tarjetas de sus deportes los recordarán. No faltaba mucho para llegar al Teterboro cuando se quitó los auriculares y miró a su asistente, contento de dejar esa ciudad sin alma detrás.
—¿Azafata? —preguntó. Luego de ver que su valet asentía volvió a colocarse sus auriculares y continuó mirando el paisaje.
El vuelo era corto por lo que se daría el gusto de viajar como un pasajero normal. Disfrutar un poco de bebida y la compañía de una joven modelo europea que las únicas palabras que sabía decir en inglés eran "dick" y "suck". Al llegar dejó que George se ocupara de los papeles y el equipaje, permitiéndole hacer su trabajo a la bella auxiliar de vuelo.
—Quiero lanzarme en paracaídas al llegar. Tal vez directo al World Trade Center. —le dijo al asistente, en medio del vuelo. Al ver la cara de pánico que se dibujó en el hombre sonrió. Alzó las cejas y volvió a colocarse los auriculares, sin prestarle atención a la mujer que tenía acuclillada entre sus piernas, para luego desistir de sus planes. —Bah... Tienes razón, me arruinaría el peinado. Reserva de sangre: OHqc4Y0a1d101d10
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Post by Charles Castle on Feb 26, 2020 15:15:28 GMT -3
Charles recobra la conciencia al caer la noche, Mike ya lo esperaba y movió la cola al ver que su amo se reaccionaba.
El gangrel había alquilado una habitación en el primer motel que vio nada más entrar a la ciudad, era tarde cuando llegó y tenía que empezar con toda aquella faena de visitar al jefe de la ciudad y buscar a la otra de su clan.
Se incorporó y jugueteó un poco con Mike, después el Bull Terrier fue a terminar las croquetas que le sobraban en el tazón.
Se miró en el espejo. Debía esforzarse para quedarse, ya le había cansado estar errante y quería probar la ciudad, si no le satisfacía siempre estaba la opción de regresar.
Miró el reloj del móvil. Tenía que empezar a moverse. Revisó sus ropas, sus armas y tomó a Mike para ponerlo en la alforja de viaje. Seguramente tendría que buscar otro motel después pero no quería quedarse tan en la orilla de la ciudad.
Así que salió para subirse a la moto
Reserva de sangre Lmq7IwSa1d10
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Post by Marlene on Apr 25, 2020 20:51:53 GMT -3
Marlene despierta de su letargo diurno en su refugio del Barrio Francés. Sabía que había elegido bien el lugar, pues lo primero que oye al despertar es el bullicio proveniente de los primeros mortales que se juntan en la noche, a unas calles de distancia, para disfrutar la compañía de sus iguales. Y aún más importante que el torrente de personas que vagaban arriba y abajo por las calles vecinas, era el dulce sonido de la música que poco a poco destacaba entre las charlas y las risas: jazz, ragtime, brass bands, da igual el género, disfrutaba de saber que el mundo, por ahora, seguía lleno de ese color sonoro.
Una vez levantada, daría una pasada con la vista por delante de su colección de CDs, cogería 'El Cascanueces' de Tchaikovsky y lo pondría en el reproductor. Seleccionando luego el minuto 42:25, para escuchar el 'Vals de las flores'. Mientras sonase la música, se dispondría a cambiarse con entusiasmo; llevando el ritmo de la composición con la mente y sus gestos. Abre el armario, despliega su colección de trajes exactamente iguales y coge uno al azar. Una vez vestida y con la misma energía, coge todo lo necesario para salir y se precipita hacia la puerta. En cuanto la música llega a su clímax, ella ya preparada, coge el mando del reproductor y lo apaga justo al final del movimiento, dejando luego mando en alguna superficie y cerrando la puerta con llave tras salir.
Reserva de sangre: RPx9_fBm1d10/121d10
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Post by Madison J. Durham on Apr 30, 2020 15:04:34 GMT -3
Conforme abrió los ojos, fue consciente de que estaban hablando cerca de ella. Demasiado cerca. Pero no podía hacer otra cosa por el momento, ya tendría tiempo de buscar un refugio mejor ahora que había llegado a destino.
Había llegado la noche anterior, muy cercana al amanecer, mucho más de lo que le gustaba. Pero quiso apurar y despertar ya en Nueva Orleans antes que tener que pasar otra noche en cualquier sitio pequeño en el que llamaría la atención un coche extraño. El camino se le había hecho eterno, pero había tenido que cruzar todo el pais. Mil y una veces se había preguntado durante las largas cuatro noches de conducción por qué precisamente Nueva Orleans, tan lejos de su ciudad. No lo había querido preguntar en su momento y ahora sabía que tardaría en saber las razones, o quizás nunca las supiera. Pero realmente, le daban igual. Había llegado a esa conclusión en la tercera noche de viaje cuando se dio cuenta de que alejarse significaba sentir un poco menos la sensación de falta que sentía en su interior.
Sus órdenes eran claras y no tenía ningún interés en hacer nada más aquella noche. Tenía que presentarse ante el Príncipe y, según fuera la reunión, ya empezaría a establecerse... o seguiría conduciendo, aunque entonces sería sin destino.
Se levantó y se miró al pequeño espejo. ¿Camiseta blanca o negra? Sonrió a la imagen que le devolvía el espejo solo con pensar que las dos camisetas eran el mismo modelo y solo variaba el color. Cogió la negra y sus vaqueros habituales, sin darle más importancia a como se iba a presentar ante el Príncipe, ya que de nada valdría aparentar lo que no se era. Si le gustaba lo que veía, perfecto, sino le gustaba no lo podía cambiar así que, ¿para qué preocuparse? No tenía sentido.
Comprobó que las ventanas estaban correctamente cerradas, era su revisión del despertar. Acción que repetía antes de dormirse por si durante su ausencia alguien indiscreto había forzado las cubiertas de madera que había hecho instalarse en las ventanas antes de emprender el viaje o estas se habían desencajado de su lugar. Aquel invento era fantástico y no se notaba desde el exterior, donde lo que se podía ver eran unas preciosas y coquetas cortinas, que la hubieran hecho vomitar antes de su conversión, pero que ahora sabía que no llamaban la atención de ojos extraños de ninguna manera, sino todo lo contrario. Cogió la carta que le habían dado por si la requería el Príncipe y su móvil, en el que la noche anterior había dejado programado el camino a seguir, aunque se lo había aprendido de memoria. Era un paseo en coche de unos escasos diez minutos, pero no iba a mover el bicho para eso, iría andando, así de paso conocería la zona.
Echó un último vistazo a su pequeño lugar de retiro y salío al exterior.
El olor del mar llegó hasta ella. Lo saboreó como había hecho la noche anterior al bajar del coche. Era la primera vez que lo olía y aún no había llegado a definir si le gustaba o no.
Las voces se escuchaban al otro lado de la caravana, así que cerró bien la puerta y la rodeó, de forma que no coincidera con sus vecinos de parcela, caminando lentamente hacia su destino.
Reserva de Sangre: y6vDnWu81d10
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Post by Marc Wayward on Jun 28, 2020 22:51:47 GMT -3
Marc se despertó. Todavía tenía mezcladas tantas ideas en la cabeza. Seguir órdenes, presentarse ante alguien de apellido Colville, ver al príncipe. A veces se preguntaba si haber sido "tan listo" como decían sus compañeros no era más una maldición que una bendición. Bueno, si era sincero, la maldición estaba ahí. Hoy, especialmente, no se sentía muy... lleno. Tal vez se había excedido con los experimentos de la noche anterior. Se levantó y tomó una de las cartas de la baraja que estaba en la mesa de noche, la tiró al suelo como si de verdad creyera en eso. la carta que vio era La Torre. La inevitable caída, el destino de todo ser vivo.
Marc negó levemente viendo eso y se fue a preparar. ¿Qué debería llevar hoy? Camisa, eso era obvio. Lo mismo que los zapatos de vestir. Pero, la chaqueta, el color de la chaqueta. Se podría sentar toda la noche y gran parte del día analizando la semántica de los colores. Pero, hoy sería irse por lo simple. "Menos es más" dijo Van der Rohe. Tomó la chaqueta púrpura, color de los reyes. ¿Enojaría al príncipe que llevara un color relacionado con su título? ¿O le complacería que usara ese color como símbolo de su compromiso con el principado y La Torre? Bueno, sólo había una manera de saberlo.
Se miró en el espejo una última vez y salió del departamento. Le dejó un mensaje a su padre, no fuera que una desgracia lo llamara y arruinara algo.
Reserva de sangre: CTY_fLi01d10 PS de 101d10
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Post by Enzo Falcone on Jul 17, 2020 16:43:56 GMT -3
Llevaba Despierto desde las primeras horas de la noche. Observando desde el ventanal de su estudio el parquizado de la villa italiana de la que ahora era dueño. Tenia un traje italiano de confección a medida, del cual no se hallaba ni arruga o hilo fuera de lugar, sus zapatos de cuero estaba pulido al extremo de espejar su enorme figura, todo en su semblante era prolijo y correcto, como su sire lo había instruido. No merecía menos, pues era un sangre Azul. Le dedico una ultima y fugaz vista al jardín y la paz de la que el desprendía, a sabiendas que esa paz duraría poco.
Puntos de sangre
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Post by Tommy Quinn on Jul 22, 2020 0:47:38 GMT -3
Debbie había acertado de nuevo. La casa era amplia y espaciosa, su estructura consistente y la distribución de las estancias cómoda. Había llegado hacía un par de noches, pero las llamadas y sobre todo los preparativos de la estancia donde descansaría, habían provocado que el tiempo se le pasase volando. Era ahora, más tranquilamente cuando pudo recrearse y tomarse su tiempo para recorrer y ver conocer un poco más en detalle el que esperaba fuese su refugio durante mucho tiempo.
Cuando tomó la decisión de viajar a Nueva Orleans, tenía sus dudas. Si bien era una ciudad que conocía, su nueva condición, provocaba que ahora tuviese que moverse en la noche. Un intervalo de tiempo en el que las ciudades pueden cambiar, y mucho. Aunque pareciera contradictorio, se sentía como un recién llegado.
Por ese motivo hizo que Debbie se adelantara y se encargara de localizar un refugio apto y lo prepara para su llegada. Al menos, en lo que se refería a los tramites administrativos y la burocracia. No quería sorpresas. No quería cometer un error nada más llegar.
La encontró sentada en el porche trasero, mirando al infinito, ensimismada, pero relajada. Tommy trató de no sobresaltarla con un saludo y se sentó a su lado, dando comienzo a la habitual conversación que tenia todas las noches al despertarse. ¿Qué tal había ido el día? ¿Qué hay de nuevo en las noticias? Ese tipo de cosas. Tras lo cual, se excuso diciendo que tenía que prepararse para salir. Antes de dejarla a sus tareas, se hizo un corte con una uña en la otra muñeca y se la ofreció para que bebiera….
PS 7nNZnzz71d10 1d10
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