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Post by Zero on Oct 22, 2019 13:38:49 GMT -3
World Trade CenterEl World Trade Center es un gran edificio de oficinas ubicado a cercanías del Río en Downtown, dedicado a la economía y el comercio internacional. Naturalmente cuenta con un gran movimiento de gente y seguridad, y durante la noche representa uno de los Eliseos más importantes dentro de la ciudad. Se trata del sitio en donde suele residir y trabajar el Príncipe junto con otras grandes figuras de autoridad, y se espera que aquellos vástagos que lo visiten lo hagan con motivos de gran importancia. Su acceso más allá de la planta baja es restringido incluso para los miembros de la Torre que vengan sin una cita previa. Los límites seguros de este Eliseo comprenden no sólo la torre, sino toda su plaza pública de acceso, así como una pequeña plaza adyacente de estacionamiento al aire libre, para los visitantes. Sólo los empleados tienen acceso al aparcamiento interno en los subsuelos de la estructura. Las puertas y toda la planta baja de las instalaciones son públicas. En la misma, siempre pueden verse un gran movimientos de empleados y clientes, así como una rígida presencia de agentes de seguridad privados bien distribuidos, y una visión perimetral casi libre de columnas y divisiones murarias. Al tratarse de un gran edificio de comercio y atracción internacional, es natural que la mayoría de los empleados ni siquiera tenga idea de que la asociación es dirigida y ocasionalmente frecuentada por no muertos, pero todos aquellos que tengan una cita para subir a cualquier oficina deberán dejar todas sus armas en el puesto de seguridad.
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Post by Zero on Oct 22, 2019 13:41:16 GMT -3
Eran las 21:00 horas, la noche era temprana y cálida, tranquila, con algo de viento soplando la poca vegetación que había en los maceteros de la plaza seca previa al gran edificio, inconfundible. La planta baja, completamente vidriada y transparente, dejaba ver tanto desde fuera como dentro todo el movimiento de empleados y negociantes siendo atendidos en el edificio, destacando la mesa semicircular central de atención. Y más sutil, pero no menos presente, la seguridad privada en cada esquina de la planta. El sitio, si bien lleno de ganado, no era para nada caótico, sino todo ordenado. Mas tanta muchedumbre podía incomodar a más de uno, según las instrucciones que tenía Eva, ése debía ser el horario de la cita y Eliseo dónde presentarse. La espacialidad ininterrumpida le permitía a uno ver prácticamente todo desde cualquier punto del interior, y cómo tanto el personal como las visitas se manejaban con sumo orden. Al centro, fácilmente reconocible, había una gran mesa redonda de atención y recepción con múltiples empleadas, algunas más ocupadas que otras, más atentas. Eva Saigner
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Post by Eva Saigner on Oct 22, 2019 17:12:31 GMT -3
No sé cuánto dura una escena, pero gasto sangre durante toda la escena para mantener el aspecto humano, ya sean uno o varios, como me recomendó mi Regente. Al bajar del taxi compruebo mi aspecto con mi móvil. El velo, además de estético, permitía que mi interlocutor sólo adivine mientras yo puedo ver perfectamente, una ventaja apreciable. Enciendo la grabadora de mi móvil. Si soy dominada el aparato lo registrará. Camino de forma elegante y sensual, con un estilo propio de una modelo profesional. No en vano, he dedicado mi vida a moverme frente a la cámara. Me acerco a la recepción. - Busco al señor Guilbeau, Marcel Guilbeau, por favor. ¿Sería usted tan amable de indicarme dónde podría encontrarlo? Muchas gracias.
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Post by Zero on Oct 23, 2019 23:12:33 GMT -3
La duración de una escena es muy variable, es una unidad de tiempo más narrativa que lógica. Más allá del tiempo real, el gasto dura toda la escena. Como tienes Humanidad 5 recuerda que serían 2 PS. Apunta el gasto luego en tu ficha de seguimiento.
- ¿Dijo el señor Guilbeau? Un momento... - Mientras la joven recepcionista, muy bonita y elegante, chequea unos datos en su agenda electrónica. La notas un poco confundida hasta que encuentra la cita y recae en algo. - Oh, usted debe ser Saigner Eva ¿No es así? El director lo espera en la última planta. Uno de nuestros empleados lo guiará. - Te responde y sonríe formalmente.
Dicho esto, es uno de los agentes de seguridad privada quien se acerca silenciosamente a guiarte. Un negro de traje oscuro y lentes de sol, de casi dos metros y super serio, quien se limita a hacerte una seña profesional para que lo sigas. Sus pasos te dirigen en dirección a una caja de ascensores más privados, pero antes se detienen por una pequeña cabina vidriada translúcida. Te abre las puertas, y te hace pasar. Sin mediar palabra, te indica de la misma manera que te posiciones para revisarte, en busca de cualquier arma u objeto peligroso bajo tus ropas.
Tras revisarte muy profesionalmente y confiscar cualquier objeto peligroso (En caso que portases alguno en tu persona), el negro continúa su paso fuera de la cabina, escoltándote hasta el interior de uno de los elevadores privados, y marcando la última planta por ti. Eran unos cuántos pisos, pero el ascensor llegó increíblemente rápido a destino. Enseguida las puertas se abren a una elegante y lujosa sala de espera, con unos sillones y mesas de café vidriadas. Un mayordomo mayor parecía estar ocupado lustrando el marco de algunos cuadros, y no te presta atención.
El agente, sale de la cabina junto contigo, pero no avanza más. Nuevamente, una seña con su mano te invita a pasar, sólo, señalando la única puerta doble en todo el salón. Una de madera antigua que rompía un poco con todo el modernismo de la torre.
Del otro lado, está el enorme habitáculo donde la inconfundible figura del Príncipe aguarda. Nunca lo habías visto antes, pero no dudas de que sea él. Su imagen es realmente imponente, bella e intimidante, como la de un gran líder, e inevitablemente acapara toda tu atención. Él te espera al fondo de la misma, firmemente de pie con una postura perfecta, por delante de un gran mirador al Barrio Francés de Nueva Orleans. El lugar era amplio y muy alto, y el espacio totalmente libre. Unos pocos muebles y obras de arte enmarcaban sutilmente las paredes.
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Post by Zero on Oct 23, 2019 23:13:08 GMT -3
- Bienvenida, joven Saigner. Acérquese, por favor. - Te invita con un gesto leve pero elegante, y una voz firme y sin la más mínima vacilación. De cerca se notaba que era un tipo realmente alto, casi de dos metros y de gran corpulencia. Vestía una camisa y unos collares carísimos que exaltaban su gran musculatura, e incluso la palidez de su piel resalta su magnificencia.
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Post by Eva Saigner on Oct 24, 2019 17:25:47 GMT -3
Obedezco sin dudar, tomando la misma posición sumisa que ya había adoptado antes con el Regente.
La verdad es que todo en él es impresionante, y no puedo dejar de sentirme como un ratón presentándose ante un león. ¿Cómo pude haber soñado siquiera ser capaz de lograr imponerme ante criaturas tan antiguas y poderosas que harían llorar al majestuoso ser que tenía ante mí? El yugo me resultó tan insoportablemente pesado como inalcanzable y remota mi propia libertad.
- Eva Saigner, perteneciente a la prole de Lucifer Bloodworth, de la Casa Tremere, se presenta ante usted para solicitar permiso para residir en sus dominios, y, si tras este escrutinio se considera a mi persona digna de tal honor, se ofrece para todo aquello que usted considere oportuno y pertinente -no puedo evitar un ligero temblor en mi voz, mientras recordaba las palabras de Christopher en el Sheraton-.
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Post by Zero on Oct 24, 2019 22:02:43 GMT -3
- Siempre será un honor, recibir a los prestigiosos miembros de la Casa Tremere en nuestros dominios. Tengo entendido usted, ha sido enviada por sus más Antiguos para servir al Alguacil ¿No es así? - Expresa con gran elegancia mientras te observa con una firme postura, desde lo alto.
- Pero por favor, tome asiento. Cuénteme un poco más acerca de usted... ¿Qué más la trae, a esta bella ciudad? - Invitándote con un gesto hacia un par de sillones enfrentados sin mesa de por medio, redirigiendo su vista al enorme mirador que daba al Barrio Francés por la noche.
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Post by Eva Saigner on Oct 25, 2019 16:24:50 GMT -3
- Lo que me trae a esta ciudad es tanto el pasado como el futuro. El pasado porque mi sire me dio el don de la inmortalidad aquí, en Nueva Orleans, y, dado que mi vida humana podría traerme algún problema en Los Ángeles o en Nueva York, mi deseo era volver. Además, en Viena consideraron que ponerme al servicio de usted y de la ciudad de Nueva Orleans podría "pulir mis deficiencias y sacar lo mejor de mí". Yo sólo espero estar a la altura del reto y no decepcionarle. Mis ojos se pierden en la imponente vista de la ciudad. - En Viena tuvieron a bien informarme que serviría a las órdenes del señor Alguacil, su Alguacil, me refiero. Bueno, ya me entiende. ¿Podría ayudarme y decirme cómo se llama y cómo es? No quisiera insultarle inadvertidamente a causa de mi colosal ignorancia. Espero no ofenderle o hacerle perder el tiempo con mis superfluas preguntas. Tal vez debería dirigirlas a alguien menos ocupado...
Mis manos se mueven tan agitadamente como mi discurso, frotando las palmas entre las rodillas.
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Post by Zero on Oct 25, 2019 18:48:16 GMT -3
- Ryan Meyer, es el nombre de su Alguacil. Él es un hombre estricto, y sólo esperará funcionalidad en usted. De eso sólo dependerá, el derecho a estadía en nuestra ciudad. - Te explica cortésmente. Sería Meyer el juez encargado de dictaminar tu autorización definitiva o no.
- Pero... ¿Qué me puede decir de usted? ¿No posee mayores ambiciones, más allá de sus obligaciones? - Repregunta, con interés más hacia tu persona. Si es que realmente poseías aspiraciones, además de sobrevivir.
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Post by Eva Saigner on Oct 26, 2019 5:44:31 GMT -3
- Pues... espero que no se ofenda. Antes de volver de Viena soñaba con alcanzar la primogenitura, tal vez incluso llegar a ser princesa en una ciudad importante, ser conocida y respetada, no necesariamente ésta, pero ha bastado una conversación con mi Regente para darme cuenta de lo infantil de estos sueños. No sé nada, y necesito aprender muchísimo antes de acercarme a estar preparada. Por eso ahora ambiciono sabiduría, no sólo conocimiento. En mi colegio cristiano me decían que el conocimiento da la libertad, y ahora mismo ésta me resulta mucho más deseable, modelar mis ambiciones a algo más adecuado a mis capacidades y posibilidades, no sé. Supongo que a sus ojos no soy más que una niña caprichosa que no sabe lo que quiere, y probablemente tenga razón.
Mi azoramiento es, probablemente, evidente, pero mis pensamientos se vuelven a la palabra libertad, una y otra vez.
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Post by Zero on Oct 28, 2019 22:16:37 GMT -3
- La entrada a esta nueva vida puede conllevar muchas dudas y confusiones, efectivamente. Es necesario poseer ambiciones, sueños como usted los llama. Es lo que nos mantiene cerca de nuestro lado humano, y nuestra única herramienta para convivir en esta sociedad. - Expresa en un breve discurso que, de la boca de un locutor tan imponente, sonaba bastante inspirador.
- Mas deberá ganarse el favor de la Primogenitura y de su Clan, si desea alguna noche alcanzar dicho puesto. Si demuestra ser una vástaga devota hacia el Principado de Nueva Orleans, tal vez alguna noche usted sea digna de ocupar algún cargo en este Dominio. - Continúa enfatizando con mayor firmeza. Todo se ganaba, nada se regalaba y ese era un punto que quería dejar en claro un Príncipe que parecía valorar mucho el esfuerzo.
- Y hablando de conocimiento... ¿Conoce usted acerca de las siete Tradiciones? - Plantea, avanzando con el ritmo de la entrevista.
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Post by Eva Saigner on Oct 29, 2019 0:18:14 GMT -3
- Mmmmm... Yo pensaba que sí. De hecho, le pregunté a mi Regente sobre cómo interpretaba usted la tercera tradición, y si había que pedir permiso para la creación de ghouls. Sin embargo, usted me habla de siete, y yo sólo conozco seis, por lo que deduzco que, una vez más, ignoro más de lo que creo saber. Esta noche se ha revelado como una lección de humildad. Así pues, espero ávida ser aleccionada por tan ilustre maestro, pues nada es tan molesto como saber que no se sabe, que se desconoce algo realmente importante.
Míro a mi interlocutor como un perro espera a que su amo lance la pelota que sujeta en su mano.
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Post by Zero on Oct 29, 2019 1:11:13 GMT -3
- Seis son, está usted en lo correcto. - Afirmando tal sentencia, cual respuesta correcta a una prueba intencionada. - No obstante, y si bien no podría llamarse una séptima, existe otra norma de equivalente valor dentro de nuestro Dominio... - Añade con seriedad, levantando el dedo índice con fuerza.
- ...Y es que odos los vástagos tienen estrictamente prohibido alimentarse en Gentilly, y de cualquier mortal miembro del clero o la policía, mientras habiten en Nueva Orleans. - Explica de manera estricta, como si sus palabras tuvieran la fuerza de tallarse en tu frente. - ¿Ha quedado esto claro, señorita Saigner? - Pregunta ahora elegantemente.
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Post by Eva Saigner on Oct 29, 2019 6:10:47 GMT -3
- Ha quedado muy claro -digo reafirmando mis palabras con todo el cuerpo-. Pero, de hecho, hay algunas cosas que quería preguntar referidas tangencialmente a este asunto.
Tras una breve pausa para ordenar mis pensamientos continuo. - Mi Regente ya me ha informado que, al contrario de lo que ocurre en otras ciudades, no hay comercio de bolsas de sangre, para evitar la ruptura de la Mascarada. Lo que yo me preguntaba es si está prohibido también comprar sangre directamente a los humanos, camuflando la compra tras una clínica, un laboratorio, u otra institución igualmente plausible.
- La segunda, de carácter más perentorio, es si puedo recibir una lista de los eliseos y dominios de la ciudad. No quisiera quebrantar las leyes de la ciudad de manera inadvertida por mera ignorancia.
- Por último, quisiera comunicarle que pretendo fundar un monasterio en el centro de la ciudad con fines puramente económicos, y que, a tal fin, mantengo una estrecha relación con el obispo católico. Se lo digo para evitar posibles confusiones o malentendidos futuros.
Entiendo que Gentilly es una localización. ¿Me equivoco?
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Post by Zero on Oct 30, 2019 10:19:10 GMT -3
- Sus acciones corren por su cuenta, joven Saigner. Arriesgue la Mascarada que sus superiores se han esforzado tanto en proteger, y pagará las consecuencias. - Responde con firmeza, cual dictamen de juez.
- Me encargaré de que tal listado le llegue lo antes posible. Tiene derecho a residir y operar en mi Dominio hasta que el Alguacil de su dictamen final. Es libre de ejecutarlo, mas debo reiterar tenga sumo cuidado con su contacto hacia el clero. - Recalcando aquella norma de tan importancia.
Gentilly es un distrito, en efecto. Puedes dar por hecho que tu personaje conoce acerca de los Eliseos y sus descripción en la sección de Ambientación.
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Post by Eva Saigner on Oct 30, 2019 17:57:10 GMT -3
- Antes de marcharme, quisiera ofrecerme para dos servicios para los que me siento capacitada. El primero, muy simple, es que tengo una larga y profunda experiencia en la inversión en Bolsa. Entiendo que si necesitara de los servicios de un inversor ya contaría con uno, puede que usted mismo se encargue de esos menesteres, lo desconozco. Puede que, al igual que mi Regente, considere que el dinero no tiene ningún valor. Pero, en caso de que cuente con un capital importante sin rédito en un banco o bajo el colchón, le informo de que puede contar conmigo para su inversión, por supuesto.
Guardo un momento de silencio, necesito ordenar mis ideas para plantear la cuestión de la forma más sutil de la que sea capaz.
- Me gustaría plantear este peleagudo tema sin ser ruda y garantizándole que lo que me mueve a hacer esta oferta no es sino mi fidelidad a usted y lo que representa, la Torre de Marfil, el único fin es ponerme a su servicio.
- Entiendo que, según mis cortas entendederas, es posible que nos enfrentemos a un ataque interno, alguien infiltrado en la ciudad. Es posible que todos esos vampiros que entran en la ciudad sin permiso no sean sino una artera triquiñuela que no busque sino el debilitamiento de su poder. A fin de cuentas, si se apiadara de todos ellos y los permitiera residir en su ciudad, la presión de tanto vampiro haría imposible el sostenimiento de la Mascarada y, lo que no es una cuestión menor, el debilitamiento de su autoridad al no hacer respetar la primera tradición. Y si la hace respetar y los ejecuta, de ese modo su humanidad se podría ver resentida. Lo que yo había pensado es portar algo que me identifique a ojos de los antiguos como alguien inusualmente próximo a usted, alguien especial, una joya, un sello, una recomendación, tal vez una simple forma de hablar, una expresión que sólo utilice en la intimidad... Alguien cercano y tan débil como yo es un cebo muy tentador.
-Entiéndaseme correctamente, no intento ni sugerir siquiera que se trate de alguien perteneciente al Consejo de la ciudad el que conspira contra usted, lo que yo había pensado es que éstos, sorprendidos, hablarán con otros vampiros, y la noticia correrá como la pólvora en los Eliseos hasta ser de dominio público.
- Así, si yo recibiera un ataque repentino, usted sabría que se trata de alguien cercano a usted el que busca el mal de la ciudad, puesto que soy una recién llegada, y alguien ajeno a la Camarilla no sabría de mi existencia siquiera. Si no recibiera ningún ataque, no se podría deducir nada, claro, porque pudiera ser que alguien de la Camarilla no atentara contra mí porque podría delatar su identidad.
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Post by Zero on Oct 31, 2019 2:09:04 GMT -3
- Su informe es uno muy particular, señorita Saigner ¿Podría preguntarle por parte de quién usted ha obtenido dicho entendimiento? - Se detiene a preguntar antes que nada, con una mirada algo peligrosa.
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Post by Eva Saigner on Oct 31, 2019 7:51:13 GMT -3
- Mi entendimiento es simplemente mío -digo, sin ocultar mi azoramiento-. El Regente me informó que trabajaría con el Alguacil en el problema de los vampiros ilegales. Aquí acaba toda la información. Yo le pregunté por qué usted elegía a neonatos para esta tarea, si no serían más eficaces ancillae, y si no sería porque usted temía que algún vampiro poderoso fuera el causante del problema y pudiera hacer pasar a esos ancillae a su lado, engrosando su ejército. Él me reprendió, me dijo que daba muchas cosas por sentadas, y que pudiera haber cientos de razones para que usted actuara como lo hacía. Pero en la no pequeña lista que enumeró no figuraba la imposibilidad de que fuese un vampiro opositor el causante de todos los problemas -digo intentando encubrir lo que considero un desliz de mi Regente-. - Cuando venía hacia aquí cambié la perspectiva y me pregunté qué podría ganar ese supuesto vampiro. Mi conclusión ya se la he expuesto.
- Sinceramente, si no fuera suficiente para mí la obligación de servir a la Torre de Marfil, que lo es, y tuviera que elegir entre un Príncipe tan humano como usted o alguien tan taimado y retorcido como ese supuesto vampiro, mi elección habría de ser, necesariamente, hacer cualquier cosa en mi mano para ayudarle. Y esa es la razón por la que he hablado más de lo que dicta la prudencia. Espero que juzgue mi osadía con indulgencia.
¿Qué se tira para evitar sudar sangre?
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Post by Zero on Nov 8, 2019 1:07:44 GMT -3
La mirada del Príncipe expresaba un claro descontento, y la fuerza de su Presencia inevitablemente transmitía fuerte preocupación en cualquiera que lo observase. Mantiene unos segundos en silencio, pensando.
- Es su obligación, en efecto. Así como también lo es guardar silencio al respecto, y evitar exparsir rumores no confirmados que puedan llevar ideas erróneas o arriesgar a nuestros nobles habitantes, a diferencia de su Regente ¿Comprende usted esto, Saigner? - Sentencia con firmeza, esperando haya quedado tallado como una piedra en tu frente.
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Post by Eva Saigner on Nov 8, 2019 7:30:02 GMT -3
La aclaración sobre mi Regente me tensa como la cuerda de una guitarra. ¡Me estaba leyendo el pensamiento! Como Celestyn me había enseñado, empecé a visualizar un muro blanco. De esa forma, los pensamientos se hacen más profundos y más difíciles de alcanzar.
- Creo que puede decirse de mí que soy temeraria, o me puede acusar de ser incorrecta con mis ofertas o mis preguntas, pero creo que no soy ninguna idiota, entiendo lo que es una orden de guardarme mis teorías para mí -digo intentando ocultar la decepción que para mí ha representado que me leyera la mente y su actitud tan poco empática, así como también el temor que me inspira, probablemente no sólo por su innegable presencia-.
- Antes de marcharme, y aún a riesgo de ser incinerada en su ira, me gustaría saber cuál es la situación en las ciudades vecinas -digo, intentando tomar perspectiva y ver si el problema tenía una dimensión más global, o sólo era una cuestión puramente local-. ¿Están gobernadas Baton Rouge y Lafayette también por la Torre de Marfil? ¿Sufren el mismo problema de vampiros ilegales?
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Post by Zero on Nov 14, 2019 0:31:20 GMT -3
El Príncipe te observa y medita, antes de responder. - Su servicialidad es admirable, sin embargo, digna de un neonato ejemplar. La discreción sólo la ayudará a usted, pero si usted también desea ayudar, tal vez quiera contactar con el señor Dimet. Tengo entendido que actualmente comparte cierto interés en la causa. - Expresa en su elegante juego de palabras, sin dejar de remarcar la importancia de lo anterior. Ahora, quisieras o no, parecías verte comprometida en el asunto. - Son principados más pequeños, y desconozco en gran detalle los problemas internos que puedan sufrir los mismos. Pero el Príncipe Meeks no es un vástago demasiado comunicativo. - Te cuenta, más relajado. - Le sugiero que se aleje de dichos límites, así como de los espacios verdes dentro de la ciudad. Es territorio Lupino, protegido por los Gangrel. Por su propia seguridad. - Culmina, con una recomendación más o menos imperativa. Puedes asumir que tienes el contacto de Alex Dimet tras finalizar esta escena. Él es un personaje jugador, aunque entiendo que anda algo ausente por temas de enfermedad estos días. Parece que estamos en la época de los contratiempos
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Post by Eva Saigner on Nov 14, 2019 16:30:22 GMT -3
Miro al Príncipe, obligándome a mantener su intensa mirada, y, antes de que un torrente de pensamiento se desborde, vuelvo a concentrarme en mi muro blanco.
- Sí, desde luego. Mi deseo es ayudar. Me pondré en contacto con el señor Dimet tan pronto como me sea posible. Pero, si su intención es también intentar descubrir a posibles traidores en la Torre de Marfil, tal vez pueda usted pedirle que sea él el que se ponga en contacto conmigo. De ese modo no tendrá la posibilidad de dudar ni de mí ni de mis intenciones, y nos ahorraremos problemas.
Lo que me dice sobre las otras ciudades no me sorprende, pero me resulta extraño el hecho de que ni se plantee la posibilidad de que sus enemigos aniden en otro lugar. Concluyo que intenta evitar parecer débil a ojos de los otros Príncipes.
- Si los parques son territorio lupino... Mmmmm. Supongo que irremediablemente alguien antes o después intentará provocar para ponerlos en nuestra contra, una guerra que debilitaría a ambos bandos...
- ¿Sería posible que me facilitara el contacto con los Gangrel de algún modo? Me gustaría hablar con ellos antes de que haya surgido el más mínimo problema. Dado que parecen ser un pilar importante de la ciudad tal vez no esté de más comprobar su solidez, ¿no le parece?
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Post by Zero on Nov 18, 2019 14:37:20 GMT -3
- Los Gangrel han trabajado muy duro, con tal de lograr un acuerdo de coexistencia con los Lupinos. Si alguien intentase provocarlos o poner en riesgo dichas décadas de esfuerzo así como las vidas de todos sus allegados, no tenga duda en que sufrirá la condena máxima. - Aclara con clara importancia. Todo esto y asumiendo que dicho vástago sea capaz de sobrevivir a los Hombres Lobo de por sí.
- Contactar con ellos no es tan sencillo, dada su naturaleza solitaria y su preferencia hacia lo... Poco urbano. - Responde elegantemente y escogiendo con cuidado sus palabras, esforzándose un poco en encontrar un término propicio y no ofensivo para su condición. - Me temo que no puedo ayudarla mucho. Mas si así lo desea, puedo poner la palabra de que usted los busca y, tarde o temprano, estoy seguro que ellos terminarán por hallarla a usted. - Ofrece, educadamente. Pero no sabía si esa idea le agradaba o no a la neonata.
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Post by Eva Saigner on Nov 18, 2019 17:52:52 GMT -3
- Sea entonces como usted me dice, que me encuentren cuando les vaya bien. Los hombres-lobo no son un problema, al menos de momento, así que creo que hay tiempo -digo en tono trivial-. Me quedo pensando un momento. La cuestión ha despertado mi curiosidad y no me quiero ir sin preguntar por ello. - Antes de que me de permiso para marcharme, si me permite cambiar tan bruscamente de tema, me gustaría saber la razón para que esté prohibido cazar en Gentilly -intento adivinar por qué un área tan grande está vetada, pero no se me ocurre, y es demasiado grande como para que se la reserve para sí mismo-. Yo pedí la lista de los Eliseos y dominios, pero sólo se me da la lista de los Elíseos. ¿He de entender que se me niega la segunda lista, o es un error de comprensión y me informa de todos o algunos de ellos?
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Post by Zero on Nov 19, 2019 2:08:21 GMT -3
- Es por su propia seguridad, y la de todos sus allegados. Es todo lo que debe saber. - Responde elegantemente, sin mostrarse necesariamente tajante pero no parecía dispuesto a dar mayores aclaraciones. Era una norma y sólo por eso ha de cumplirse.
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Post by Zero on Nov 19, 2019 2:10:17 GMT -3
La ciudad de Nueva Orleans no está subdividida en Dominios de diferentes vástagos terratenientes, ni nada por el estilo. Todo es dominio del único Principado y Marcel el único Señor. La única excepción es la de los parques y espacios verdes, que son Dominio Lupino y protegido por los Gangrel, como ya te aclaró hace un rato.
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Post by Eva Saigner on Nov 19, 2019 4:31:59 GMT -3
No me refería a que fuera una división de taifas, pero, por ejemplo, me pareció que el Sheraton era un dominio de Christofer, un área, un edificio, una institución que le ha sido entregada en custudia a un vampiro, un premio a su trabajo en la ciudad. Por eso, para no "mear en tiesto ajeno" es para lo que preguntaba. Miro al Príncipe con ojos vacíos. He sido una ingenua al pensar que se molestaría en explicarme las razones de sus normas, pero claro, no. Era la única manera de representar el papel de jerarca, cuando no el de Dios: ser arbitrario, o, al menos, parecerlo. Al verdadero señor de la ciudad conocería el motivo, y, tal vez, él estuviera más inclinado a revelármelos. A fin de cuentas, ejercía como mi mentor. O como mi vigilante. Era igual.
- Bueno, pues si me da su permiso, yo creo que ...
¡Maldita sea! ¡Ahora tenía que sonar el maldito teléfono!
- ¡Oh, vaya! Es el señor Alguacil. Puede que sea importante. ¿Me da permiso para retirarme? Yo por mí dejamos esta escena aquí
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Post by Zero on Nov 20, 2019 23:10:42 GMT -3
Pero no hay dominios otorgados. Aunque Christopher pueda ser el director del lugar en términos mortales y posiblemente o no posea cierto manejo sobre el mismo, no es más que esto. Las únicas reglas que debes respetar siguen siendo las de Marcel y sigue siendo el único al que le debes obligadamente respeto.
Dicho esto si llegases a mear en tiesto ajeno no estarías rompiendo ninguna ley, ni ganándote ningún castigo real, no más que los conflictos personales que pudieses llegar a obtener con otro vástago.
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